Las ventajas nutricionales del aceite de palma y de palmiste,
por su alto contenido de agentes antioxidantes y la capacidad que tienen sus
ácidos grasos de controlar los niveles de colesterol perjudicial para
la salud humana, fueron exaltadas en la conferencia internacional sobre
nutrición humana, organizada en París a finales del
año, El evento, que generó reacciones muy positivas a favor
del consumo de nuestro producto, contó con la participación de
investigadores tan destacados como el Doctor Philippe Legrand, Investigador
del Agrocampus de Rennes (Francia), Jean-Michel Lecerf, experto de
lípidos del Instituto Pasteur de Lille (Francia), y el Gerard
Hornstra, docente investigador de la Universidad de Maastricht
(Países Bajos).
Si a esas características, sumamos que el rendimiento de la palma
aceitera es diez veces superior al de otras oleaginosas, como la soja, el
girasol y la colza, tenemos que, las bondades del aceite palma no
sólo son para la salud del hombre sino para los ecosistemas en los
que se establecen sus plantaciones. Si hacemos algunos cálculos
relacionados con disponibilidad de tierra para responder a la demanda de
aceite, tenemos que, el consumo mundial, que crece de 5 a 6 millones de
toneladas cada año, requiere que se establezcan alrededor de 15
millones de hectáreas de las semillas antes mencionadas o sólo
1.5 millones de hectáreas de palma.
Considerando un plazo de diez años, necesitamos 150 millones de
hectáreas de soja, girasol o colza o sólo 15 millones de
hectáreas de palma. En el marco de estas estimaciones, solo para el
período 2014-2024 y gracias al aceite de palma, nuestro querido
planeta se ahorrará 135 millones de hectáreas. O sea el
equivalente de dos veces y media la superficie de Francia.